El tamaño de los fibromas uterinos puede
variar desde unos pocos milímetros hasta varios centímetros. Y una mujer puede
tener uno o múltiples miomas.
Las expectativas de reducción del tamaño
dependen de cada caso: tamaño, localización, causas, etc. Cada mujer es un caso
singular que debe ser abordado de manera específica.
Por regla general, cuánto antes se detecte
el mioma o los miomas y antes se comience un tratamiento mayores son las
posibilidades de reducirlos. Si las revisiones ginecológicas anuales se llevan
bien programadas nos encontraremos con miomas de reciente aparición y de tamaños
menores siendo las posibilidades de reducirlos, incluso hasta su eliminación,
muy altas. Por el contrario, si el caso es de uno o más miomas que se
detectaron hace años y que han aumentado progresivamente de tamaño, las
expectativas de reducción disminuyen y el proceso es más lento.
En los casos más avanzados se incrementa
mucho la opción de la intervención quirúrgica pudiendo extirparse únicamente el
mioma o terminar sufriendo una histerectomía. Si el fibroma uterino causa
sangrados abundantes durante la menstruación, dolores, metrorragias y otras
complicaciones derivadas la opción de la cirugía es la solución médica más
extendida por no decir la única.
El primer objetivo al aplicar los remedios para
los miomas es regular las reglas, los sangrados y los dolores si los hubiera.
En los casos menores es posible que no se produzca ningún tipo de molestia y en caso
de que haya desarreglos es probable que sean causados por otros motivos y no
por el mioma en sí mismo, pudiendo ser este otra consecuencia de esos factores
que originan todos los desarreglos. En los casos más avanzados todavía es más
urgente aplicar los remedios necesarios para tratar de evitar la cirugía,
aunque no se pueda lograr en todos los casos. Tal vez los tamaños grandes, de
varios centímetros, no se puedan reducir significativamente, pero si se logra
estabilizarlos, evitar su progresión, incluso reducirlos un poco y eliminar las
consecuencias que producen es muy posible que se puedan mantener hasta la edad
de la menopausia momento en el que el riesgo disminuye.
Es imprescindible insistir en la importancia
de poner en marcha un tratamiento lo antes posible, cuando los miomas son pequeños
y todavía << no tienen importancia>> y no dan lugar a ningún
trastorno. De este modo se evita llegar a complicaciones mayores que pueden implicar
hasta la pérdida del útero.
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