viernes, 6 de marzo de 2015

El tamaño del mioma y las posibilidades de reducción

El tamaño de los fibromas uterinos puede variar desde unos pocos milímetros hasta varios centímetros. Y una mujer puede tener uno o múltiples miomas.
Las expectativas de reducción del tamaño dependen de cada caso: tamaño, localización, causas, etc. Cada mujer es un caso singular que debe ser abordado de manera específica.

Por regla general, cuánto antes se detecte el mioma o los miomas y antes se comience un tratamiento mayores son las posibilidades de reducirlos. Si las revisiones ginecológicas anuales se llevan bien programadas nos encontraremos con miomas de reciente aparición y de tamaños menores siendo las posibilidades de reducirlos, incluso hasta su eliminación, muy altas. Por el contrario, si el caso es de uno o más miomas que se detectaron hace años y que han aumentado progresivamente de tamaño, las expectativas de reducción disminuyen y el proceso es más lento.

En los casos más avanzados se incrementa mucho la opción de la intervención quirúrgica pudiendo extirparse únicamente el mioma o terminar sufriendo una histerectomía. Si el fibroma uterino causa sangrados abundantes durante la menstruación, dolores, metrorragias y otras complicaciones derivadas la opción de la cirugía es la solución médica más extendida por no decir la única.

El primer objetivo al aplicar los remedios para los miomas es regular las reglas, los sangrados y los dolores si los hubiera. En los casos menores es posible que no  se produzca ningún tipo de molestia y en caso de que haya desarreglos es probable que sean causados por otros motivos y no por el mioma en sí mismo, pudiendo ser este otra consecuencia de esos factores que originan todos los desarreglos. En los casos más avanzados todavía es más urgente aplicar los remedios necesarios para tratar de evitar la cirugía, aunque no se pueda lograr en todos los casos. Tal vez los tamaños grandes, de varios centímetros, no se puedan reducir significativamente, pero si se logra estabilizarlos, evitar su progresión, incluso reducirlos un poco y eliminar las consecuencias que producen es muy posible que se puedan mantener hasta la edad de la menopausia momento en el que el riesgo disminuye.

Es imprescindible insistir en la importancia de poner en marcha un tratamiento lo antes posible, cuando los miomas son pequeños y todavía << no tienen importancia>> y no dan lugar a ningún trastorno. De este modo se evita llegar a complicaciones mayores que pueden implicar hasta la pérdida del útero.


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